Dentro de la tradición del arte, Miguel borda como un argumento que tiene la intención de desbordar algunos discursos sobre la bidimensionalidad de la pintura. Su trabajo con hilo, plantea el uso de técnicas artesanales aprendidas de su familia, utilizadas en entornos domésticos para tratar de poner en crisis formas institucionales de las disciplinas del arte, como el de la pintura, la representación, los soportes y los temas.